22 de julio de 2010

La insoportable levedad del ser

"Salió a la calle y fue andando hasta el río. Quería ver el Vltava. Quería detenerse junto a la orilla y mirar largamente las olas, porque la visión del fluir del agua tranquiliza y cura. El río fluye de una edad a otra y las historias de la gente transcurren en la orilla. Transcurren para ser olvidadas mañana y para que el río siga fluyendo."  

Me ha gustado la compañía de Teresa, Tomás, Sabina y Franz. Hacía mucho que no leía un libro con tantas ganas.  A ver si este invierno por fin se me arregla lo de perderme por las calles de Praga... ¿quién se apunta?

4 comentarios:

LiZ dijo...

Increíble, sarita, yo también acabo de terminarme el libro. Gran mareo filosófico, ¿eh? Un chute de vida interior nunca viene mal.

Tiny dancer dijo...

Y por lo que acabo de ver al abrir mi Facebook tú sí que acabas de estar en Praga :)

A mí me ha venido fenomenal en uno de esos momentos vitales en los que necesito una dosis de realidad... Aunque a veces sea demoledora.

Jorge dijo...

The Joke. No lo digo más veces. The-Joke.

Coverdale es Dios dijo...

Yo me apunto! cuando hacemos las maletas? :)