Llegó sin avisar, y se quedó dando vueltas en su cabeza durante varios días. La colocó al principio, al final, en el medio; la acompañó de diálogos, le dio forma de reflexión, de deseo imposible y de ruego. Escribió y borró mil veces hasta que decidió que la frase era un todo y por eso no podía convertirse en nada mejor. Quizá resultó que, por una vez, siete palabras eran suficientes para expresar todo lo que quería decir...
"Llévame al lugar donde habitan los sueños."
1 comentario:
a veces siete palabras valen mucho más que una imagen :)
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