10 de julio de 2010

Placeres nocturnos

Una última noche en Berlín hace tres veranos, cuando decidimos caminar en lugar de coger el U-Bahn, como siempre hacíamos, de Hackescher Markt a Zoologischer Garten. Allí me emborraché de todos los recuerdos que me llevaría de un mes de julio que había sido insoportable y, a la vez, perfecto.

La noche de abril del año pasado en que decidí que Brooklyn no era un lugar de paso, sino que yo viviría en Prospect Park y la 7th Avenue para siempre.

La excursión a los acantilados hace muchísimos años, en una noche de invierno en que la libertad era comer pipas hasta que cerrara el bar del pueblo (quizá aquí me traicione la memoria y no esté hablando de una única excursión, ni de una única noche de invierno).

Londres, aquel maldito autobús y las estúpidas inglesas que no me supieron decir cuál era mi parada; la noche que me llevó a decidir que cuando estás perdida, con los pies congelados en medio de una ciudad inmensa, lo mejor que puedes hacer es reconciliarte con el mundo. No sé cómo, ni por qué, pero llevo desde el 8 de mayo sin perder la sonrisa.

Una madrugada de julio alicantina en la que, otra vez, un helado de limón y frambuesa abrió la puerta para realizar una excursión al Mundo de las Ideas y me hizo estar segura de que no pasará nada cuando después del verano llegue otra vez el invierno. 

Los paseos nocturnos son, sin duda, uno de mis pequeños placeres favoritos.




5 comentarios:

Coverdale es Dios dijo...

Ni si quiera le he dado al play porque esa canción me pone los pelos de punta y acabo llorando siempre...
Pero qué poco alabamos los pequeños momentos. Nunca lo suficiente. Aprender a amarlos es lo que ha conseguido que, nos pase lo que nos pase, nunca perdamos la sonrisa y siempre regresemos al "qué bello es vivir".
Me encantan los que hemos compartido, amante bandida mía!

Tiny dancer dijo...

Ya sabes que yo soy una amante y ferviente defensora de las pequeñas cosas... He estado pensando y creo que uno de los motivos por los que tanto me cuesta volver a casa este verano es porque tú no estarás, y ya sabes lo que me gustan los momentos hormiga veraniegos contigo!

Coverdale es Dios dijo...

mil sniffs...

obaobab dijo...

cuando después del verano llegue el invierno, vendrán cosas buenas, seguro, por lo menos momentos de esos hormigas, que tanto nos gustan. :-)

obaobab dijo...

cuando después del verano llegue el invierno, vendrán cosas buenas, seguro, por lo menos momentos de esos hormigas, que tanto nos gustan. :-)