29 de julio de 2010

Devuélveme las noches de verano

Devuélveme las noches de verano,
el recuerdo de pensar que nada ha sido en vano:
el sabor de la arena helada,
al olor a humedad en tu mirada.
Devuélveme las fotos que me hiciste
con gotas de lluvia sin memoria,
con letras de guitarras agotadas,
pendientes de una lucha que no acaba.
Devuélveme el silencio de aquel cine,
el temblor con el roce de tu mano,
la solitaria penumbra desquiciada,
mirarte mientras miras, mientras callas.


Quédate la luna, el sol, la brisa y mayo,
pero devuélveme el paso de los años.
Devuélveme las cosas que vivimos,
cuando éramos todo lo que fuimos:
niños nerviosos, felices, inocentes...
que jugaban a ser adolescentes.
Devuélveme lo simple del verano:
la risa, los columpios y los bancos,
para aprender a vivir con el olvido
de saber que el recuerdo del abrazo
no es más que una memoria sin descanso.
Devuélvenos las cosas que vivimos,
tiempo maldito, peregrino,
deja que seamos sólo niños...
devuélveme los años que perdimos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues con poesía post-adolescente como esta me gustaría saber el nivel de la madura...

Tiny dancer dijo...

la madura no llegará nunca ;)

Anónimo dijo...

Jejeje eternidad post-adolescente? Suena bien ;)