1 de diciembre de 2009

"Los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren."

Cualquier persona que haya pasado por la escuela recitará esta cantinela sin pestañear. Sin embargo, a medida que pasan los años, en nuestras clases nos hablan del nacimiento, del crecimiento, de la reproducción, y pocas, muy pocas veces, alguien se detiene a hablarnos de la muerte como un proceso fundamental de la vida. Quizá por motivos religiosos, quizá por miedo, quizá porque aún no hemos asumido nuestra mortalidad y nuestra insignificancia en este mundo, quizá porque aún seguimos creyéndonos dioses... seguimos sin atrevernos a mirar a la muerte a los ojos, de frente, con valentía.

No hay vida sin muerte, igual que no hay muerte si no ha habido vida. Entonces, de vez en cuando, conviene recordar la cantinela de la escuela... Y saber que ante el fin de la vida lo importante es el recuerdo, lo que reside en nuestra memoria, porque la memoria es la que nos ayudará a escribir la historia, la de la h minúscula, que es la que, para mí, verdaderamente importa.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Te quiero.
Ven a Oviedo y sal si puedes.

obaobab dijo...

No te escribí en el anterior, pero junto con este, decirte que lo importante en estos momentos son los recuerdos que nos quedan, como dices, y que nunca dejemos de escribir nuestra historia, cada uno a su manera, que es lo nos hace ser como somos, y toda esta gente es la que nos hace ser lo que somos, y no lo podemos olvidar.

un beso muy grande.

LiZ dijo...

...porque todas nuestras "h" pequeñitas conforman la Historia!

Me ha gustado, muyer!

Jorge dijo...

Los seres vivos viven. Y es lo mejor que pueden decir de sí mismos al morir. Que nadie olvide nunca, que nunca nos olviden.

Sigue guardando su recuerdo, es el gesto más grande que puedas tener. Un abrazo.

Coverdale es Dios dijo...

Me has teletransportado directa a una clase que nos dio una profesora muy muy sabia llamada Socorro en un momento en que se vio obligada, como tú, a mirar de frente a la muerte.
Ojalá yo tenga la misma valentía, llegado el momento, que se lee en cada palabra de tu texto y que se oyó en cada palabra de esa clase.
La valentía que da la verdadera pasión por vivir...
Hay sabiduría de muchas clases. La tuya me encanta. Eres una de mis h favoritas. Siempre.
Yo también te quiero :)

Werther dijo...

¿Qué sentido tiene conservar la memoria, la historia en minúscula, si al final ambas se perderán con nuestra muerte?

Y perdón por comentar esta perogrullada en una entrada tan antigua.

Tiny dancer dijo...

@Werther: ¿qué sentido tiene vivir si al final todos morimos? Me niego a pensar así :)
Además, ¿no se transmiten de generación en generación los recuerdos? ¿cómo es posible que yo sepa recuerdos que tenía mi abuelo o mi bisabuela? Gracias a la h minúscula (o a la mitología familiar, o a la tradición oral, llámalo X) que, como digo, es la que a mí me importa.

Tiny dancer dijo...

ah, y los comentarios siempre son bienvenidos :)

Werther dijo...

Oye, pues muchas gracias por la respuesta. No me deja más tranquilo, pero no me esperaba una contestación.

De momento seguiré ojeando el blog, que ne ha parecido muy original y diferente.

¡Un saludo!

Tiny dancer dijo...

Gracias a ti por la contribución. Para alguien nuevo que se pasa por aquí, ¡no voy encima a criticar/ignorar los comentarios! :-)